miércoles, 27 de septiembre de 2017

Lucha la mujer popular, engaña la mujer burguesa

Creciente ha sido últimamente la participación de las masas femeninas en las distintas movilizaciones que cada vez abundan más en las calles de nuestro país, desde combativas marchas por la liberación de la Machi Linconao, protestas de secundarias contra el patriarcado que pervierte hasta el punto de violar y asesinar a mujeres como Andrea Mazzo, hasta la lucha por el aborto libre.

Tanto ha sido el movimiento que han desatado las mujeres populares, que a la burguesía no le queda más que acudir desesperadamente a sus artimañas electorales e intentar a rasguños hacerse parte del movimiento femenino. Así el viejo Estado ha impulsado la ley de “cuotas de género” en el parlamento.

Plegándose completamente a esto, forma indignante los electoreros han centrado su feminismo burgués en cuántas mujeres hay en el parlamento, con el único fin de engañar una vez más a las masas, haciéndoles creer en el camino electoral y llenándose el bolsillo a través de sus votos.

Pero no nos dejemos engañar, sabemos bien que ni 10 ni 15 ni 30 de esas mujeres millonarias va a representarnos nunca en ese nido de ladrones, puesto que todas ellas son férreas representantes de otra clase, la gran burguesía, y toman posición por ella defendiendo los intereses del viejo Estado y el imperialismo.

Así en el Frente Amplio este mes tuvo gran repercusión la pugna por quién irá a competir para el parlamento en el Distrito 10, disputándose los cupos entre Natalia Castillo (RD), Jackson (RD) y Mayol, queriendo éste último dejar afuera a Castillo. Por este hecho, unos a otros se acusaron de ser más o menos “feministas” por apoyar o no una miserable candidatura parlamentaria.

De esta forma intentan desesperadamente distintos oportunistas y el mismo viejo Estado para que las masas crean en ellos, pero en ninguna de sus vergonzosas peleas vemos resueltas las reales necesidades que tenemos las mujeres del pueblo.

Lo que importa verdaderamente son nuestras hermanas y hermanos de clase, nos importan las mujeres mapuche encarceladas o clandestinas, las mujeres con jubilaciones de hambre, las que mueren en abortos clandestinos, las jóvenes populares que son violadas y asesinadas.

Es por esto que la línea del feminismo proletario desecha la ilusión de que con más mujeres en el viejo Estado se logran conquistas y es más, asume como tarea propia el boicot electoral.


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