domingo, 10 de septiembre de 2017

¡Viva la lucha Antiimperialista!

El maoísmo enseña que las naciones oprimidas como Chile tienen dos problemas fundamentales: el problema nacional y el problema de la tierra. El primero, es producto de la opresión del imperialismo, principalmente yanqui en contra de nuestro pueblo, y el mes de septiembre es una fecha en donde esto se hace más presente aún para las masas populares.

Esto porque hace 44 años nuestro pueblo sufrió el golpe de Estado un 11 de Septiembre de 1973, el más recordado por esta generación, en donde el imperialismo yanqui aplicó sangrientos genocidios, presión, desapariciones y torturas vividas en carne propia por muchos de nuestros cercanos.

Este gran sufrimiento es lo que provoca el imperialismo, gran monstruo con pies de barro, que utilizando títeres como Pinochet, la concertación, nueva mayoría, y toda clase de lacayos electoreros, sigue cometiendo gigantezcas injusticias contra el pueblo.

Este mes corresponde hacer nuestro más sentido homenaje a los caídos, a cada ejemplo vivo de combate frente a esa cruda explotación que hoy sigue pesando sobre nuestras espaldas.

Chile durante la Junta Militar Fascista de Pinochet fue escenario de una masiva y heroica resistencia popular, y hoy las nuevas generaciones continúan tomando esas banderas caídas llenando las calles de vigorosa violencia revolucionaria, enseñando y entusiasmando a un pueblo entero, combatiendo al viejo Estado y boicoteando su farsa electoral.

Así los jóvenes plasman la continuación de esta gloriosa historia de combate nutriéndose de la más preciada sangre popular derramada.

Precisamente hoy, más que ayer, el imperialismo, la bestia más repudiable expresa un crónico hundimiento cada vez más profundo. En Chile aplicando paquetazos de leyes antipueblo, y en el mundo, impulsando todo tipo de guerras para saquear las naciones oprimidas.

Pero como han dicho los propios reaccionarios de Estados Unidos: “no hemos ganado guerras desde la derrota en Vietnam”. Lo que demuestra la clara desesperación ante la heroica y creciente resistencia de las masas del mundo contra los disturbios que el imperialismo crea en el mundo, en países como Irak, Venezuela y Perú.

En Afganistán, por ejemplo, hace 16 años existe la invasión imperialista más larga entre las actuales, que se inicia con la invasión yanqui el 2001, ante la que las masas han opuesto una férrea resistencia armada.

El 2011, EEUU llegó a tener más de 100.000 tropas en Afganistán, creyendo que con eso la resistencia se acabaría, sin embargo, hoy el gobierno pro-yanqui de Kabul solo controla el 57% del territorio afgano, tras los golpes contundentes del pueblo que se resiste a la invasión, creándole pérdidas enormes al imperialismo yanqui con un costo de más de US$841.000 millones en estos 16 años.

A esto sumarle el lanzamiento de la MOAB a Afganistán en abril de este año (la 2da bomba más potente después de la bomba atómica), y la ya aprobada duplicación de tropas yanquis para la invasión.

Desesperado, el imperialismo yanqui busca colusiones con Rusia y China, e incluso está buscando dialogar con la resistencia nacional ¡Pero esto solo le traerá más derrotas y mayor profundización de su crisis!

En nuestro país, las luchas del pueblo chileno y mapuche, también están aportando a derrumbar este imperialismo con contundente acciones de sabotaje a las forestales, por ejemplo. 

Caminamos hacia la Revolución de Nueva Democracia que ya resuena en la voz de cada caído, cada mujer y cada hombre revolucionario. Todos ellos regaron nuestra historia con sangre, y la sangre riega la revolución, jamás la ahoga, como lo demuestran las masivas jornadas de protesta cada 11 de septiembre.

El proceso revolucionario de nuestro país es indesligable de la Ofensiva Estratégica de la Revolución Proletaria Mundial que en medio de una prolongada guerra popular mundial derrumbará imperialismo inevitablemente, así como hoy lo hacen las guerras populares en Perú, India, Turquía, Filipinas.

Las masas hacedoras de la historia, son las que tienen el destino en sus manos. Cuando las masas se levantan, todo se estremece. Los enemigos más temibles se vuelven las ratas más despreciables y no pueden levantar cabeza nunca más. Así lo ha demostrado toda la historia mundial.

Por un 11 de Septiembre Anti-imperialista, ¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!

Quema de bandera yanqui en la Romería al Cementerio General 10/09/2017

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