viernes, 10 de noviembre de 2017

El derecho a voto y la emancipación femenina


En época de elecciones, a las mujeres se nos suele argumentar que debemos votar, puesto que fueron muchas mujeres las que en el pasado lucharon por obtener este derecho. 

Efectivamente la lucha por el derecho a voto de la mujer tuvo importantes y combativas manifestaciones en distintos países. Sin embargo, conseguido esto, el oportunismo en el movimiento femenino se dedicó sólo a la participación dentro del Estado burgués y abandonó la lucha en las calles por los derechos de la mujer. 

Si miramos atrás, en Gran Bretaña por ejemplo, gracias al “movimiento sufragista” se obtuvo el derecho voto en 1918. Una de las principales dirigentas de esta lucha fue Emmeline Pankhurst, mujer burguesa que se declaró anti-comunista luego de la revolución bolchevique. 

Dentro de la misma lógica se conquistó el derecho a voto en EEUU, legalizádo en 1919 luego de la primera Guerra Mundial, como “compensación” a las mujeres que ingresaron masivamente a la producción en reemplazo de los hombres enviados a la Guerra. La burguesía, al intuir que la mujer comenzaba a organizarse y a luchar otorgó este derecho luego de combativas jornadas, intentando conciliar la contradicción entre las obreras y sus patrones. 

En nuestro país la promulgación del sufragio universal femenino se produjo en 1949, durante el gobierno de Gabriel González Videla, el mismo fascista que dictó la llamada “ley maldita” encargada de perseguir a todas aquellas mujeres y hombres que tomaban posición por el comunismo. 

Todo esto comprueba que si bien el derecho a voto es una conquista, éste no es el medio que permite una transformación verdadera de la condición de la mujer. Con lucha y protesta popular las mujeres consiguieron el derecho a voto y así conseguirán todo. 

Es más, las mujeres revolucionarias rusas comprendieron esto hace 100 años y, luchando codo a codo con sus compañeros de clase, conquistaron lo que nunca nadie había imaginado en esa época, siendo uno de los primeros países en darle derecho a voto a la mujer (que en la dictadura del proletariado deja de ser una farsa), además de maternidad protegida, guarderías gratuitas, aborto libre y gratuito, divorcio, etc. 

En conclusión, el derecho a voto no es más que un ejemplo de que las mujeres y el pueblo todo lo conquistaremos con lucha, siendo hoy el único camino para nuestra emancipación la revolución y no las elecciones burguesas y terratenientes.

Mujeres combatientes durante la Gran Revolución Socialista de Octubre

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