miércoles, 22 de noviembre de 2017

Represión y montajes: esencia del viejo Estado


De cara a las próximas elecciones 2017 se develan con mayor frecuencia distintas manifestaciones de la podredumbre del viejo Estado terrateniente-burocrático.

El pasado mes se publicó el millonario gasto de Carabineros en bombas lacrimógenas, medio disuasivo para controlar protestas populares. En los últimos dos años han significado un costo de 169 millones de pesos en granadas y líquidos lacrimógenos.

El 2015 gastaron 2.800 millones en tanquetas Mowag para reprimir a las comunidades Mapuche. Y a esto se suma al miserable robo de los altos mandos de Carabineros por más de 20 mil millones de pesos.

Por otra parte, últimamente ha habido distintos montajes, tales como el Caso Luchsinger-Mackay, que fue resuelto develando la farsa, quedando los acusados en libertad luego de haber estado presos por 1 año y 7 meses.

También los diversos casos de detenidos que son puestos en injustas prisiones preventivas a pesar de no estar demostrada su participación en los delitos que se les acusan, siendo apresados solo por el hecho de ser Mapuche, estudiantes, pobladores, etc.

Y qué decir de la llamada “Operación Huracán”, operación política realizada en medio de la mediática huelga de hambre de los presos políticos Mapuche del Caso Iglesias, en medio del proceso de elecciones y del progresivo descrédito de carabineros, del sistema judicial y del viejo Estado.

En esta operación fueron detenidos 8 mapuche bajo la ley antiterrorista, estando en prisión preventiva durante casi un mes hasta que fue revocada por no haber pruebas de nada, es decir, la prisión preventiva fue completamente ilegal. El objetivo era simplemente intentar amedrentar la lucha popular en este período electoral.

Así, por más mentiras que se diga acerca de que el Estado y las elecciones son para el bien de todos, estos hechos muestran la verdadera esencia del viejo Estado como máquina de opresión, que más le importa gastar en represión que en las necesidades del pueblo, que encarcela sin pruebas a los pobres, y a los ricos por más corruptos que sean se dejan en libertad.

Es este viejo Estado el que los candidatos prometen “cambiar” y es este viejo Estado el que hay que golpear con un gran boicot electoral.

En libertad quedaron los 11 Presos Políticos del caso Luchsinger Mackay, por no haber pruebas que los vincularan al hecho, luego de 1 año y medio en prisión preventiva

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